Introduccion
Antes de 1805, Napoleón había intentado unir todas las flotas europeas para arrebatar la supremacía naval a Gran Bretaña, y había encontrado en España y sus poderosos buques de guerra un valioso aliado. Sin embargo, la derrota de Trafalgar en 1805, seguida más tarde por la destrucción de la flota danesa, desbarataron todos sus planes y desarticularon su política marítima. Puesto que el poderío naval británico era casi indestructible, tuvo que tomar otras medidas para obligar a su implacable enemigo a firmar la paz. Con este fin, decretó un bloqueo continental (un boicot a las exportaciones británicas con el que Napoleón pretendía doblegar a esta "nación de tenderos" mediante presiones económicas, en vez de una confrontación militar directa).
En 1808, cuando la mayor parte de Europa mantenía el bloqueo, la única salida importante que le quedaba al emperador francés por cerrar era la Península Ibérica: a Portugal no le importaba la prohibición, y España sólo participaba en teoría y sin convencimiento.
Para imponer el bloqueo, Napoleón se vio forzado a intervenir militarmente en la Península en 1808, y contra Rusia en 1812; ambas campañas resultarían desastrosas para Francia.
Los británicos se vieron entonces empujados a intervenir en la Península dando lugar a la llamada Guerra Peninsular que los españoles llamamos de la Independencia.
Guerra Penínsular 1808-1814
Guerra de la Independencia Española